En sus obras, Angélica explora el concepto de sueño. Después de todo, la mayor parte del tiempo vivimos en un sueño, en este mundo paralelo poco estudiado. Como artista, estudia los sueños, lo que observamos en un sueño a menudo es realista en fragmentos, mientras que la otra parte de los sueños es increíble, borrosa o al borde de la ficción, y esta idea contribuyó a la formación de su estilo único que combina imágenes realistas y detalles abstractos. En sus obras, Angélica transmite este contraste entre un punto enfocado en la memoria y la percepción borrosa en un sueño. A través de muchos años de experimentación, encontró su propio estilo único, que contiene una síntesis de teatralidad y espiritualidad.

A través de sus imágenes, Angelika Klimina se esfuerza por que el espectador vea la importancia de la conciencia y la presencia de la memoria en un sueño.

En el proceso de trabajo, se sumerge en un «cierto» estado de trance, meditación o semisomnolencia, en un estado que llena los cuadros de energía y fuerza.